ESQUIZOFRENIA
Fuente :The University of Texas- Harris County Psychiatric Center
La esquizofrenia es una de las enfermedades mentales más debilitantes y desconcertantes. Define un grupo de trastornos que producen distorsión en los pensamientos y en la percepción. Los pensamientos parecieran estar mezclados o cambian bruscamente de un tema o otro. La percepción puede distorsionarse más allá de la realidad, haciendo que las personas oigan o vean cosas que no están allí.
Las personas con esquizofrenia pasan por períodos en los cuales están mejor y peor: remisión y recaída. Pueden vivir por largos períodos sin ningún síntoma, pero como la esquizofrenia es a menudo una enfermedad crónica, requiere atención médica continua, como la hipertensión y la diabetes.
La esquizofrenia no es un trastorno de personalidad "doble" o múltiples, un problema diferente y bastante raro. A pesar de que a menudo se caracterizan a las personas por los comportamientos causados por la enfermedad, debe aclararse que las personas con esquizofrenia no atrajeron la enfermedad hacia sí inclinándose hacia grupos o intereses "equivocados." Y al contrario de la creencia apoyada por las películas, la televisión y los libros, es más probable que las personas que padecen de esta enfermedad se recluyan en un aislamiento o pasen a ser víctimas de un crimen en lugar de hacerse daño ellos mismos a otros.
Mucho menos común que otras enfermedades crónicas, la esquizofrenia se da en alrededor de 150 de cada 100,000 personas, o en un porcentaje de uno o uno y medio de la población, manifestándose generalmente en la adolescencia o juventud temprana. Sin embargo, puede ser una de las enfermedades más catastróficas porque puede causar impedimentos devastadores, pérdidas emocionales y económicas y la necesidad de obtener tratamiento médico y apoyo intensivo.
Tipos de Esquizofrenia.
La esquizofrenia se puede manifestar en una de varias formas.
Por ejemplo, se dice que una persona tiene esquizofrenia paranoica cuando se siente constantemente observada, seguida o perseguida. Una persona que es incoherente pero no se engaña, tiene esquizofrenia desorganizada. Se dice que una persona que no tiene iniciativas, motivación interés social, que no disfruta de las cosas y no puede responder emocionalmente tiene esquizofrenia no diferenciada. La esquizofrenia puede variar en su intensidad, gravedad y frecuencia de los síntomas psicóticos y residuales según las personas. Por ello, los científicos utilizan la palabra "esquizofrenia" para referirse a un conjunto de enfermedades, de leves a graves.
Causas.
No se ha descubierto aún la causa de la esquizofrenia. Sin embargo, la mayoría de los expertos están de acuerdo en que una serie de factores combinados con un riesgo genético contribuyeron al desarrollo de la enfermedad.
Así como se piensa que el riesgo de contraer diabetes o problemas del corazón existe en determinadas familias, se cree que la propensión a la esquizofrenia también tiene una conexión genética. Por ejemplo, si un mellizo gemelo tiene esquizofrenia, el otro mellizo tiene entre un 50 a un 60 por ciento de posibilidades de contraer la enfermedad también.
Todavía no se sabe exactamente qué es lo que desencadena la enfermedad en aquellas personas que tienen una predisposición familiar. Algunas teorías sugieren que debido a que la esquizofrenia generalmente se manifiesta por primera vez durante los cambios hormonales de la pubertad, estos cambios son los que provocan la enfermedad en aquellos con predisposición a la misma. Además, se consideran otros factores externos como infecciones virales, factores de gran estrés como pobreza o violencia y otros factores externos similares como posibles causas del trastorno.
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Indicios y Síntomas.
Los primeros indicios de esquizofrenia probablemente pasan desapercibidos por la familia y los amigos. Las personas que sufren de esquizofrenia muchas veces exhiben uno o más de los siguientes síntomas, durante las primeras etapas de la enfermedad:
Prolongada sensación de tensión
Falta de sueño
Mala concentración
Aislamiento social
Cambio en la personalidad
A medida que la enfermedad avanza, los síntomas pasan a ser más intensos y extraños. La persona se comporta en forma peculiar, habla de cosas sin sentido y tiene percepciones inusuales. Estos síntomas más graves son motivo para solicitar tratamiento.
Los delirios son creencias inusuales no basadas en la realidad. Por ejemplo, las personas que sufren de esquizofrenia pueden creer que alguien puede escuchar sus pensamientos o controlar sus sentimientos, acciones o impulsos.
Las alucinaciones son distorsiones de los sentidos. Las alucinaciones auditivas hacen que las personas escuchen sonidos inexistentes. Las alucinaciones visuales hacen que las personas vean cosas que no están allí. Las alucinaciones táctiles son sensaciones sin causa, como sentir comezón o que le quema la piel. También existen las alucinaciones olfatorias, que son oler olores inexistentes.
Las preocupaciones son pensamientos que, en la mente de la persona enferma, son más importantes de lo normal. El mismo pensamiento se repite a menudo y puede convertirse en irreal. Esto puede incluir una preocupación de salud o de "hacer lo correcto".
El pensar desordenadamente interfiere con la planificación, motivación y comunicación. Por ejemplo, una persona puede utilizar palabras sin sentido, o saltar de un pensamiento a otro no relacionado. El aislamiento social hace que la persona esquizofrénica se recluya. Esto puede darse debido a una intolerancia a estar entre multitudes, reuniones pequeñas e inclusive con sólo otra persona.
La falta de motivación y emoción, así como también la apatía, son síntomas muy difíciles de aceptar por los miembros de las familias de los enfermos. Muy pocas personas experimentan todos estos síntomas a la vez. Algunos pueden manifestarse durante la fase de remisión y pueden agravarse durante la etapa más activa de la enfermedad.
Mitos.
""Los esquizofrénicos son incapaces de tomar decisiones relacionadas con su vida y requieren la ayuda de un tutor legal"
Haber sido diagnosticado con esquizofrenia no significa que la persona necesita depender de otros para tomar sus propias decisiones y hacerse cargo de ellos. Por lo contrario, la mayoría de las personas con esta enfermedad manejan sus propios asuntos exitosamente. Sin embargo, así como personas con otras condiciones médicas pueden tener síntomas que durante ciertos períodos afectan su habilidad para tomar decisiones, las personas con esquizofrenia pueden necesitar que se les asigne a una persona que se encargue de administrar sus asuntos durante un determinado tiempo.
"Fumar marihuana a veces ayuda más que las medicinas normales" Falso. El uso de drogas ilícitas es perjudicial e ilegal, sin importar quién las use. Para las personas con esquizofrenia, las drogas pueden interferir con el juicio, empeorar los síntomas y causar interacciones con los medicamentos. A menudo, los esquizofrénicos tienen problemas para interactuar socialmente en forma sana. Si se asocian con personas que venden o usan drogas, estas personas vulnerables pueden hallarse en una posición potencialmente peligrosa.
Por estos motivos es importante que se informe al médico de cabecera sobre todo uso o abuso de sustancias. El médico recomendará los pasos a seguir para evitar el uso de drogas ilegales y analizará las razones por las cuales los medicamentos no están ayudando al individuo.
"Las personas con esquizofrenia son violentas"
La violencia no es un síntoma de la esquizofrenia y no es común entre las personas que sufren de este trastorno. Por lo contrario, las personas con esquizofrenia tienen más posibilidades de ser víctimas de violencia ellas mismas. Sin embargo, si ocurre un episodio de violencia o agresión, generalmente es debido a que la persona esquizofrénica se siente acorralada o no alcanza a comprender las intenciones de la otra persona. Las alucinaciones, los delirios, las preocupaciones o pensamientos revueltos son lo que por lo general causan los miedos y confusiones que culminan en violencia.
Tratamientos.
Por lo general, y al igual que las otras enfermedades mentales, la esquizofrenia se trata con una combinación de terapias, creadas especialmente de acuerdo a los síntomas y necesidades del paciente.
El mejor tratamiento para la esquizofrenia es la administración de medicamentos antipsicóticos bajo la supervisión de un psiquiatra, ya que la enfermedad se relaciona con un desequilibrio bioquímico. Estos medicamentos reducen las alucinaciones, los delirios y los pensamientos revueltos, pero muy pocos tratan adecuadamente el aislamiento social y la apatía característica de la esquizofrenia.
Como ocurre con todos los medicamentos, las medicinas antipsicóticas tienen efectos secundarios. Algunos desaparecen con el tiempo, como sequedad en la boca, vértigo, somnolencia y estreñimiento. Otros efectos son agitación, temblores, espasmos musculares, calambres y rigidez. Un efecto secundario irreversible es la diskinesia, que causa movimientos anormales en la boca, cara y luego en los brazos y piernas.
Muchos de estos efectos secundarios pueden atenuarse o evitarse cuando se los reporta al psiquiatra. No se debe dejar de tomar los medicamentos de golpe, aumentar las dosis o tomar otros medicamentos al mismo tiempo sin consultar con el médico. Dichos cambios podrían causar una recaída u otros problemas serios.
Los medicamentos se recetan a través de la etapa de remisión de la enfermedad para prevenir una recaída. A pesar de que una recaída puede ocurrir aún cuando se están tomando los medicamentos, éstos mismos brindan la mejor protección contra una recaída en el futuro.
La psicoterapia y otras terapias de apoyo abordan las respuestas emocionales y prácticas a estas enfermedades y típicamente se recomiendan paralelamente la medicación.
Las alucinaciones, los delirios y el aislamiento causados por la esquizofrenia pueden perjudicar las relaciones de una persona con los demás, su vida diaria, su crecimiento espiritual y su habilidad para realizar un trabajo. La psicoterapia individual ayuda a los pacientes a comprender sus emociones y hacer frente a sus problemas con más confianza y en una forma más sana. La terapia de grupo le permite a los pacientes aprender a actuar socialmente y obtener apoyo emocional en tiempos difíciles al mismo tiempo que ellos le brindan apoyo a los demás.
La terapia ocupacional ayuda a los pacientes a volver a realizar sus tareas diarias y rutinas, que podrían haberse visto impedidas debido a la enfermedad mental. La terapia de actividades se concentra en los problemas a través de actividades recreativas y de grupo.
Viviendo con Esquizofrenia.
El panorama de las personas con esquizofrenia ha mejorado en las últimas dos décadas. Si bien no se ha encontrado una cura definitiva, los tratamientos modernos permiten que los pacientes con esquizofrenia vivan vidas independientes y satisfactorias. Es importante que las personas que puedan padecer de la enfermedad obtengan un diagnóstico rápido para comenzar el tratamiento lo antes posible.
Cómo Pueden Ayudar la Familia y los Amigos.
La primera manera en la que la familia y los amigos pueden ayudar es tomando un papel activo para que el paciente obtenga tratamiento. Las personas esquizofrénicas generalmente están convencidas de que los delirios y alucinaciones son reales y que no necesitan tratamiento psiquiátrico.
Cuando comienza el tratamiento, deben reconocer que los medicamentos antipsicóticos harán que el paciente duerma más de lo acostumbrado. También deben comprender y estar preparados para reconocer los posibles efectos secundarios que ocasionan los medicamentos y los síntomas por los cuales deben comunicarse con el médico.
Hablen en forma clara y simple. Debido a que la enfermedad puede causar problemas en el pensamiento, es mejor limitar la conversación a frases y preguntas simples. Reconozcan los delirios y las alucinaciones como síntomas. Las percepciones son reales para el paciente; no discutan acerca de si los delirios son verdaderos o falsos. Haciéndole ver que él o ella no tienen que escuchar la voz o esperar a que la voz hable nuevamente es una gran ayuda.
Traten de encontrar una forma de comprender. Por ejemplo: la música a todo volumen que se escucha desde la casa de los vecinos por la noche puede interpretarse en un delirio como una táctica para controlar los pensamientos del paciente. En lugar de insistir en que eso no es cierto, háganle saber que la música a todo volumen puede ser muy molesta cuando uno está tratando de dormir.
Brinden una estructura. Ayuden a la persona que se está recuperando de la enfermedad a planificar sus días para permitir abundante descanso, comidas sanas, aire fresco, tiempo para hacer ejercicio, un ambiente limpio e interacción social.
Los miembros familiares y los amigos deben planificar por adelantado y estar preparados en caso de posibles crisis. Deben mantener a mano los nombres y las dosis de los medicamentos, los números de teléfono y toda otra información importante.
Tratar con parientes o amigos con enfermedades mentales puede producir mucho estrés. Los amigos y la familia pueden encontrar apoyo emocional, comprensión y esperanza, recurriendo a grupos de extensión, educación y apoyo. Todos aquellos afectados por una enfermedad mental deben solicitar ayuda; ya sea la víctima, un miembro familiar o un amigo.
VIDEO ESQUIZOFRENIA
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Sunday, August 13, 2006
Thursday, August 03, 2006
La Depresión Grave
Fuente : University of Chicago Comer Children's Hospital
Descripción general de la depresión
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta al niño física y anímicamente y se refleja en su manera de pensar. Puede también afectar o interrumpir la alimentación o el sueño. No es lo mismo que sentir tristeza o estar "decaído", ni tampoco es indicio de debilidad personal ni constituye un trastorno que pueda disiparse o modificarse a voluntad. Los niños que sufren una enfermedad depresiva no pueden simplemente "controlarse" y reponerse. Con frecuencia el tratamiento es necesario y, muchas veces, es decisivo para la recuperación.
Existen tres tipos de depresión:
Las depresiones pueden clasificarse en tres grupos principales; depresión grave (depresión clínica); trastorno bipolar (síndrome maníaco depresivo); y trastorno distímico (distimia).
¿Qué es la depresión grave?
La depresión grave, denominada también depresión clínica o unipolar, es un tipo de trastorno afectivo (llamado también trastorno del estado de ánimo) que supera los altibajos cotidianos, y que se ha convertido no sólo en un trastorno médico serio sino también en un motivo importante de preocupación de la salud en Estados Unidos.
¿A quiénes afecta la depresión grave?
El Instituto Nacional de la Salud Mental (National Institute of Mental Health, NIMH), que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud (National Institutes of Health, NIH) informa que:
Las investigaciones indican que la aparición de la depresión ocurre actualmente a una edad más temprana que en las últimas décadas.
La depresión de aparición temprana suele persistir, volver a presentarse o continuar en la edad adulta. La depresión en la juventud puede ser también un indicio de una enfermedad más grave en la edad adulta.
Hay un aumento en la incidencia de la depresión en los niños cuyos padres sufren depresión.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la depresión grave?
A continuación, se enumeran los factores de riesgo más frecuentes de la depresión grave:
Antecedentes familiares de depresión (especialmente si uno de los padres sufrió depresión en la infancia o en la adolescencia)
Estrés intenso
Maltrato o abandono
Trauma (físico o emocional)
Otros trastornos psiquiátricos
Pérdida de los padres, de la persona que los cuida o de otro ser querido
Fumar cigarrillos
Pérdida de una relación (una mudanza, el fin de una relación afectiva)
Otras enfermedades crónicas (por ejemplo diabetes)
Otros trastornos de la conducta, del aprendizaje o del desarrollo
¿Cuáles son los síntomas de la depresión grave?
A continuación, se enumeran los síntomas más comunes de la depresión grave. Sin embargo, cada niño puede experimentarlos en forma diferente. Los síntomas pueden incluir:
Sentimientos persistentes de tristeza
Sentimiento de desesperanza o desamparo
Baja autoestima
Sensación de ineptitud
Culpa excesiva
Deseos de morir
Pérdida del interés por las actividades habituales o placenteras
Dificultad en las relaciones afectivas
Perturbación del sueño (por ejemplo, insomnio o hipersomnia)
Cambios en el apetito o en el peso
Disminución de la energía
Dificultad para concentrarse
Disminución de la capacidad para tomar decisiones
Pensamientos suicidas o intentos de suicidio
Molestias físicas frecuentes (por ejemplo, dolor de cabeza, dolor de estómago, fatiga)
Intentos o amenazas de escaparse del hogar
Hipersensibilidad ante el fracaso o el rechazo
Irritabilidad, hostilidad, agresión
Para llegar al diagnóstico de depresión grave, un niño necesita generalmente manifestar un grupo (varios) de los síntomas enumerados arriba en un mismo período de dos semanas. Los síntomas de la depresión grave pueden parecerse a los de otros trastornos psiquiátricos. Siempre consulte al médico de su hijo para obtener el diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica la depresión grave?
Debido a que se ha demostrado que la depresión coexiste frecuentemente con otros trastornos psiquiátricos como por ejemplo, abuso de sustancias y los trastornos de ansiedad, el diagnóstico y el tratamiento tempranos son cruciales para que su hijo se recupere.
Un psiquiatra, u otro profesional de la salud mental, normalmente diagnostica depresión grave a partir de una evaluación psiquiátrica completa. La evaluación de la familia del niño, siempre que sea posible, además de la información que ofrecen los maestros y otras personas encargadas del cuidado de la salud del niño, también pueden contribuir al diagnóstico.
Tratamiento para la depresión grave:
El tratamiento específico para la depresión grave será determinado por el médico de su hijo basándose en lo siguiente:
La edad de su hijo, su estado general de salud y su historia clínica
La gravedad de los síntomas de su hijo
La tolerancia de su hijo a determinados medicamentos, procedimientos o terapias
Las expectativas para la evolución del trastorno
Su opinión o preferencia
Los trastornos del estado de ánimo, entre los que se incluye la depresión grave, con frecuencia pueden tratarse de manera eficaz. El tratamiento debe basarse siempre en una evaluación completa del niño y de su familia. Dicho tratamiento puede incluir uno o varios de los siguientes:
Medicamentos antidepresivos (muy eficaces para el tratamiento de la depresión en niños y adolescentes, especialmente cuando se administran en combinación con la psicoterapia)
Psicoterapia para el niño (generalmente, terapia cognitiva conductal o interpersonal), orientada a modificar la visión distorsionada que tiene el niño de sí mismo y de su entorno, a intentar superar las relaciones complicadas y a identificar los factores de estrés de su entorno para que aprenda a evitarlos
Terapia familiar
Consulta en la escuela de su hijo
Los padres representan un punto de apoyo y contención fundamentales en cualquier etapa del tratamiento.
Debido a diversas razones, muchos padres de niños o adolescentes con depresión nunca recurren a un tratamiento adecuado para su hijo, aun cuando muchas personas con este trastorno que se someten a un tratamiento logran una mejoría, generalmente, en el término de pocas semanas. El tratamiento ininterrumpido puede evitar la reaparición de los síntomas depresivos.
Si no se recurre al tratamiento adecuado, los síntomas pueden persistir semanas, meses o años. Además de causar problemas personales y psicosociales, la depresión en los niños y adolescentes también está relacionada con un mayor riesgo de suicidio. Además, este riesgo es aún mayor, particularmente entre los adolescentes varones, cuando la depresión está acompañada por otros trastornos de la salud mental (por ejemplo, trastorno de la conducta o drogadicción). Es muy importante que los padres y las personas encargadas del cuidado de la salud de los niños y adolescentes tomen con mucha seriedad los síntomas depresivos y suicidas y recurran a un tratamiento de manera inmediata. El suicidio es una emergencia médica. Consulte al médico de su hijo para obtener más información.
VIDEO DEPRESION ( doble click para reproducir )
Fuente : University of Chicago Comer Children's Hospital
Descripción general de la depresión
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta al niño física y anímicamente y se refleja en su manera de pensar. Puede también afectar o interrumpir la alimentación o el sueño. No es lo mismo que sentir tristeza o estar "decaído", ni tampoco es indicio de debilidad personal ni constituye un trastorno que pueda disiparse o modificarse a voluntad. Los niños que sufren una enfermedad depresiva no pueden simplemente "controlarse" y reponerse. Con frecuencia el tratamiento es necesario y, muchas veces, es decisivo para la recuperación.
Existen tres tipos de depresión:
Las depresiones pueden clasificarse en tres grupos principales; depresión grave (depresión clínica); trastorno bipolar (síndrome maníaco depresivo); y trastorno distímico (distimia).
¿Qué es la depresión grave?
La depresión grave, denominada también depresión clínica o unipolar, es un tipo de trastorno afectivo (llamado también trastorno del estado de ánimo) que supera los altibajos cotidianos, y que se ha convertido no sólo en un trastorno médico serio sino también en un motivo importante de preocupación de la salud en Estados Unidos.
¿A quiénes afecta la depresión grave?
El Instituto Nacional de la Salud Mental (National Institute of Mental Health, NIMH), que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud (National Institutes of Health, NIH) informa que:
Las investigaciones indican que la aparición de la depresión ocurre actualmente a una edad más temprana que en las últimas décadas.
La depresión de aparición temprana suele persistir, volver a presentarse o continuar en la edad adulta. La depresión en la juventud puede ser también un indicio de una enfermedad más grave en la edad adulta.
Hay un aumento en la incidencia de la depresión en los niños cuyos padres sufren depresión.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la depresión grave?
A continuación, se enumeran los factores de riesgo más frecuentes de la depresión grave:
Antecedentes familiares de depresión (especialmente si uno de los padres sufrió depresión en la infancia o en la adolescencia)
Estrés intenso
Maltrato o abandono
Trauma (físico o emocional)
Otros trastornos psiquiátricos
Pérdida de los padres, de la persona que los cuida o de otro ser querido
Fumar cigarrillos
Pérdida de una relación (una mudanza, el fin de una relación afectiva)
Otras enfermedades crónicas (por ejemplo diabetes)
Otros trastornos de la conducta, del aprendizaje o del desarrollo
¿Cuáles son los síntomas de la depresión grave?
A continuación, se enumeran los síntomas más comunes de la depresión grave. Sin embargo, cada niño puede experimentarlos en forma diferente. Los síntomas pueden incluir:
Sentimientos persistentes de tristeza
Sentimiento de desesperanza o desamparo
Baja autoestima
Sensación de ineptitud
Culpa excesiva
Deseos de morir
Pérdida del interés por las actividades habituales o placenteras
Dificultad en las relaciones afectivas
Perturbación del sueño (por ejemplo, insomnio o hipersomnia)
Cambios en el apetito o en el peso
Disminución de la energía
Dificultad para concentrarse
Disminución de la capacidad para tomar decisiones
Pensamientos suicidas o intentos de suicidio
Molestias físicas frecuentes (por ejemplo, dolor de cabeza, dolor de estómago, fatiga)
Intentos o amenazas de escaparse del hogar
Hipersensibilidad ante el fracaso o el rechazo
Irritabilidad, hostilidad, agresión
Para llegar al diagnóstico de depresión grave, un niño necesita generalmente manifestar un grupo (varios) de los síntomas enumerados arriba en un mismo período de dos semanas. Los síntomas de la depresión grave pueden parecerse a los de otros trastornos psiquiátricos. Siempre consulte al médico de su hijo para obtener el diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica la depresión grave?
Debido a que se ha demostrado que la depresión coexiste frecuentemente con otros trastornos psiquiátricos como por ejemplo, abuso de sustancias y los trastornos de ansiedad, el diagnóstico y el tratamiento tempranos son cruciales para que su hijo se recupere.
Un psiquiatra, u otro profesional de la salud mental, normalmente diagnostica depresión grave a partir de una evaluación psiquiátrica completa. La evaluación de la familia del niño, siempre que sea posible, además de la información que ofrecen los maestros y otras personas encargadas del cuidado de la salud del niño, también pueden contribuir al diagnóstico.
Tratamiento para la depresión grave:
El tratamiento específico para la depresión grave será determinado por el médico de su hijo basándose en lo siguiente:
La edad de su hijo, su estado general de salud y su historia clínica
La gravedad de los síntomas de su hijo
La tolerancia de su hijo a determinados medicamentos, procedimientos o terapias
Las expectativas para la evolución del trastorno
Su opinión o preferencia
Los trastornos del estado de ánimo, entre los que se incluye la depresión grave, con frecuencia pueden tratarse de manera eficaz. El tratamiento debe basarse siempre en una evaluación completa del niño y de su familia. Dicho tratamiento puede incluir uno o varios de los siguientes:
Medicamentos antidepresivos (muy eficaces para el tratamiento de la depresión en niños y adolescentes, especialmente cuando se administran en combinación con la psicoterapia)
Psicoterapia para el niño (generalmente, terapia cognitiva conductal o interpersonal), orientada a modificar la visión distorsionada que tiene el niño de sí mismo y de su entorno, a intentar superar las relaciones complicadas y a identificar los factores de estrés de su entorno para que aprenda a evitarlos
Terapia familiar
Consulta en la escuela de su hijo
Los padres representan un punto de apoyo y contención fundamentales en cualquier etapa del tratamiento.
Debido a diversas razones, muchos padres de niños o adolescentes con depresión nunca recurren a un tratamiento adecuado para su hijo, aun cuando muchas personas con este trastorno que se someten a un tratamiento logran una mejoría, generalmente, en el término de pocas semanas. El tratamiento ininterrumpido puede evitar la reaparición de los síntomas depresivos.
Si no se recurre al tratamiento adecuado, los síntomas pueden persistir semanas, meses o años. Además de causar problemas personales y psicosociales, la depresión en los niños y adolescentes también está relacionada con un mayor riesgo de suicidio. Además, este riesgo es aún mayor, particularmente entre los adolescentes varones, cuando la depresión está acompañada por otros trastornos de la salud mental (por ejemplo, trastorno de la conducta o drogadicción). Es muy importante que los padres y las personas encargadas del cuidado de la salud de los niños y adolescentes tomen con mucha seriedad los síntomas depresivos y suicidas y recurran a un tratamiento de manera inmediata. El suicidio es una emergencia médica. Consulte al médico de su hijo para obtener más información.
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